viernes, 23 de noviembre de 2007

Inventando palabras

A veces, el idioma necesita una renovación, generalmente porque aparecen conceptos nuevos a los que hay que dar nombre, y eso nos lleva a inventar o, en mayor medida, a reciclar palabras. Pero no tiene mucho sentido inventar palabras para, simplemente, pretender dar mayor profundidad a nuestro vocabulario. Y menos aun cuando una palabra cuenta ya con un buen número de sinónimos. Pues bien, esto es lo que ha aparecido en la edición de Madrid del diario El País el día de ayer.


¿O será que las licencias se procesaban con enfado y yo no he entendido nada?


Powered by ScribeFire.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Lección de geografía

El sábado pasado, la portada del suplemento Tierra (PDF) del diario El País, que se dedica a cuestiones ecológicas y medioambientales, anunciaba un reportaje fotográfico que aparecía en sus páginas centrales con un titular que contiene un concepto equivocado.No hay que ser astrónomo o geógrafo para saber que boreal es algo muy similar (por no decir igual) a septentrional o norteño, y que sus antónimos son austral, meridional y sureño, respectivamente. El hecho es que el redactor primero insiste en su error: "Las auroras boreales se producen en una zona ovalada que rodea los polos" aunque más adelante acaba por reconocer que "El fenómeno también es visible en el hemisferio sur: son las auroras australes."
Bien, para que queda claro: las auroras polares tienen lugar cerca de los polos; en el Polo Norte se dicen auroras boreales y en el Sur se llaman australes. Las auroras boreales, por mera imposibilidad física, no pueden tener lugar en el hemisferio Sur de la Tierra, no.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Sobre la cópula en la lengua

Ya había olvidado lo que sabía sobre las oraciones copulativas y sus reglas cuando me he encontrado la frase que ahora analizo en el número del pasado 14 de noviembre del suplemento Campus, que edita el diario El Mundo todos los miércoles.
Las oraciones copulativas sirven, en esencia, para presentar dos proposiciones equivalentes o identificables: Mi padre es bombero. Gramaticalmente, los elementos de la oración son: un sujeto, un verbo copulativo (normalmente la lista de posibilidades se reduce a ser, estar y parecer) y un atributo. En el ejemplo anterior se ve por qué se dice atributo: al fin y al cabo, bombero es un atributo de mi padre (como podría serlo moreno, fuerte, inteligente, o, por que no todo sean piropos, viejo o calvo). Ya no más, papá.

Bien, de acuerdo, pero ¿por qué me he fijado en esta frase?, ¿qué me ha llamado la atención? Tomemos una que se parece: Mi padre y mi tío son hombres. En este caso, tanto en sujeto como el atributo aparecen en plural, mientras que en la frase del periódico, el sujeto aparece en plural, pero el atributo está escrito en singular. ¿Se trata de un error? Trataremos de resolver esta cuestión.

En primer lugar, una consideración sobre lo que define a una oración copulativa y sobre lo que las diferencia de las predicativas. Es cierto que hay quien hace equivaler la aparición de los verbos ser, estar o parecer con el concepto de oración copulativa lo cual, a mi juicio, es incorrecto. Podríamos, por reducción al absurdo, deducir que las oraciones en forma pasiva, que se construyen con el verbo ser, resulta que son, además copulativas. La aparición de estos verbos es una cuestión formal, pero no es la forma la que define el concepto. Claro, que la discusión puede llevarnos a si el hombre (como raza) lo es por su aspecto antropomorfo o por su alma, su conciencia de sí, si una característica, por prominente que sea, define un ente. ¿Demasiada filosofía? Tentador, pero no seguiremos por este camino.

Entonces, tenemos un sujeto, el verbo ser, y algo que hacemos equivaler a ese sujeto. En nuestro caso, el sujeto es "Preparar el material para las inmersiones y estudiar las labores de campo", el verbo viene negado "no son", y el atributo resulta ser "empresa fácil" (ya nos gustaría que fuese fácil, o no, porque entonces no escribiríamos todo esto). Si asumimos que no tiene por qué existir concordancia en número entre el sujeto y el atributo, como en la frase, a todas luces correcta (¿o será que me he acostumbrado a ella?), "El problema son los hijos", no queda claro si, en caso de existir discordancia, es el elemento plural el que define el número del verbo o si, de hecho, la concordancia en número ha de darse entre el sujeto y el verbo copulativo. No obstante, cualquiera de las dos reglas de concordancia (elemento plural o sujeto) son aplicables en nuestra frase ya que, el sujeto es plural: el verbo copulativo ha de aparecer en plural sin necesidad de que el atributo lo haga.
Recomendaré, por último, un artículo bastante académico que nos clarifica varios conceptos sobre este tipo de oraciones.

PS: Veo que el texto ha quedado más oscuro de lo que hubiera deseado. Si sirve de disculpa, declaro que lo he redactado en tres o cuatro sesiones de ratos libres que he ido encontrando, y he cambiado el enfoque a medida que escribía y asimilaba lo (re)aprendido. Si realmente es así, miraré por reescribirlo en el futuro.


Powered by ScribeFire.

lunes, 19 de noviembre de 2007

El enemigo está cerca

En este diario aparecen pocas reseñas a partir de textos del diario El Mundo, lo cual se debe solamente a que cae en pocas ocasiones en mis manos. Solamente puede ser por esta razón, porque es cierto que, cuando aparece, viene a hacerlo con ejemplos sonados, y como ejemplo, ninguno mejor que el que dio origen a este espacio. Debo agradecer, pues, a uno de mis lectores el señalamiento de la cuestión que hoy nos ocupa.
Uno no acierta a comprender cómo se ha colado un error como este en un artículo de dos páginas firmado por el propio director del diario El Mundo, y es que uno espera que alguien que llega tan lejos en una profesión ha de dominar los recursos de la misma, y en ésta es el idioma el más básico de todos. Podría ser que el consabido corrector lo hubiera leído y, dada la personalidad del firmante, no se hubiese atrevido a formular la debida corrección, que en algún otro caso hemos sospechado esto mismo. Podría ser un simple despiste, no por ello menos disculpable. Podría ser... pero resulta que no ha habido nadie alrededor del señor director que le avisase de su desliz.
El hecho es que el error aparece en el primer párrafo del larguísimo artículo, y que se repite ya avanzado el texto. Solamente puedo enlazar a la portada de la sección de opinión del día de la publicación (18 de noviembre), ya que para avanzar más allá se necesita ser suscriptor, de modo que hay quien puede quedarse sin ver la noticia. Es curioso que, ya que el fallo estaba en el primer párrafo, hasta en esta portada se puede ya observar el error cometido. No obstante, he encontrado que alguien la ha dilapidado completa, por si interesa su lectura.


Powered by ScribeFire.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Publicidad de los medios

Si a un medio se le ha de exigir de ser cuidadoso con la calidad (lingüística, en lo que aquí nos ocupa) de todo lo que publica, el propio medio no puede ser menos exigente con la publicidad que hace de si mismo. ¿Cómo se puede pretender captar nuevos clientes, o lectores, si la publicidad no da una buena imagen del medio que publicita?

Por suerte, en este caso, la publicidad iba dirigida a suscriptores, los cuales pueden considerarse ya como clientes, como lectores, que no han de ser captados. Pero, aun así, ¿qué habrá pensado el responsable de la publicidad al ver cómo en un cuaderno, tras llenarse la boca de conceptos grandilocuentes como liderazgo, o calidad, la última página comete el desaguisado que al final resulta? ¿Y qué habrá pensado su jefe? Al menos, asumimos que se han dado cuenta, aunque sea después de haberlo publicado.


Powered by ScribeFire.

Cosas de pijos

Hoy hay poca lengua y muchas curiosidades, de ésas que se publican en los blogs personales y que no interesan más que al que lo escribe y a tres amigos muy allegados, como mucho. Me explico.
He llegado a un artículo publicado en el diario AS titulado "Reina, Marcial, Landáburu..., los del Barça triunfaron aquí" porque recuerdo un chaval que, en los años 80, era un absoluto admirador del tal Landáburu que se menciona. He rebuscado y encontrado una semblanza del personaje, quizás un poco centrada en sus primeros años como profesional, se entenderá por qué si se ve dónde está publicada.
Por supuesto, no mencionaría el artículo si no hubiese un error que mereciera amonestación. Se encuentra en el principio del segundo (y último) párrafo, y es el que me lleva al título. La fórmula "o sea" se ha acabado asociando al hablar del pijo, como con mucho humor nos cuentan en Frikipedia.
Solamente hubiese faltado que alguno de los futbolistas mencionados fuese un pijo redomado para redondear el comentario, pero, qué pena, no me consta.


Powered by ScribeFire.


Etiquetado:
,


martes, 13 de noviembre de 2007

Concordancia y pasiva refleja

Un poco abstruso, a priori, el asunto de la pasiva refleja. El artículo que nos da pie a esta reflexión ha aparecido publicado en la página 8 del suplemento dedicado a la traducción de una selección de artículos del New York Times que apareció junto a la edición del pasado 8 de noviembre de El País. El artículo original data del pasado 16 de octubre.

La confusión (y, por tanto, la forma de discernir) entre una oración de pasiva refleja y una impersonal se halla ampliamente documentada, y es una de esas cuestiones que suelen resultar difíciles al estudiar el idioma español.
Por resumir la situación en este caso, nos encontramos con una acción (se comunicó), un receptor de la acción (a cada donante) y una especificación de la acción, un complemento (datos veraces y cotilleos). La frase siguiente puede servir de ayuda para discernir la construcción correcta de la que nos ocupa, y contiene, igualmente, una acción (se facilitó), un receptor (le, que viene a sustituir al anterior cada donante) y un complemento (un historial).

En muy resumidas palabras, la norma dice que en las oraciones pasivas reflejas el sujeto, que se dice paciente, ha de concordar en número con el verbo (nada nuevo, el sujeto siempre concuerda con el verbo en castellano). También, que en las frases impersonales, en las que esta concordancia no puede darse simplemente porque carecen de sujeto, un complemento de persona (en general, animado), irá precedido por la preposición a, y que este tipo de complemento está prohibido en las pasivas reflejas.

¿Tienen ambas frases, como se ha dicho, realmente la misma estructura? ¿Es la primera una frase impersonal, puesto que contiene un complemento de persona precedido por a, lo cual está prohibido en las pasivas reflejas? ¿O acaso la segunda es una pasiva refleja en la que el sujeto paciente, por aparecer en singular, obliga a que el verbo esté en singular? Pero, si tienen la misma estructura, ¿no será entonces la primera frase también pasiva refleja, y su sujeto paciente son los datos veraces y los cotilleos? Y, entonces, ¿no debería el verbo concordar con él, e ir en plural?

El problema de la concordancia no existe en el segundo caso porque, en caso de ser pasiva refleja, al aparecer su sujeto paciente en singular, el verbo es correcto en singular. Y por la misma razón, tampoco aporta mucha luz sobre la primera... parece un callejón sin salida. La clave para desenmarañar esta madeja está en que, si bien justo detrás del verbo aparece un complemento de persona comenzado por a, no es éste el sujeto de la acción, sino los datos y cotilleos que aparecen un poco más allá. Y si aceptamos esto como correcto, es claro que el verbo ha de ir en plural.

En resumen, mi opinión es que lo correcto sería decir que se comunicaron a cada donante datos y cotilleos. En cualquier caso, citaré unas pocas referencias para cualquiera que pueda tener interés en indagar sobre este asunto:
  • En el ya citado Cajetín de las Letras tenemos un artículo bastante explicativo.
  • En el sitio educativo Kalipedia, que se orienta a estudiantes de secundaria, nos dan una visión muy general.
  • El Diccionario Panhispánico de Dudas nos ilustra sobre las frases que pueden comenzar por se.
  • Por último, un artículo que, dado donde está alojado (Austria), entiendo que está orientado a estudiantes de español como lengua extranjera, los cuales suelen tener una visión poco prejuiciosa de los trucos que permiten aprender un idioma. Aunque en este asunto, la visión no es para nada radical.
Me he vuelto a enrollar en exceso.

Powered by ScribeFire.

De traducciones

Me ha llamado la atención una discordancia de género aparecida en el, por lo general, muy interesante suplemento que publica cada jueves el diario El País con noticias seleccionadas de The New York Times, traducidas al castellano. Normalmente, las traducciones son muy competentes, sin embargo, en la página 9 del número del pasado 8 de noviembre (solamente se puede consultar este suplemento en PDF si uno se ha dado de alta antes) se observa un flagrante error de concordancia.
Yo hubiese jurado que alguien llamado Sarah Boyer tendría que ser mujer (para los curiosos, éste lleva siendo uno de los nombres más populares en la ciudad de Nueva York en los últimos años, especialmente entre las familias de raza blanca, según las estadísticas oficiales), pero no queda más que comprobarlo, por ejemplo, en su lugar actual de trabajo, o incluso en el anterior. A la vista de las fotografías, no me queda mucha duda, Boyer es mujer. Si alguien tiene curiosidad por revisar la labor del traductor (aparte de este detalle, bastante buena, a mi juicio), nada como tener a mano el artículo original, que se publicó en agosto pasado.
Se deduce que no es la intención de este suplemento que todos sus artículos sean de actualidad.

Powered by ScribeFire.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Sin chascarrillos, por favor

La noticia es seria, así que huiremos del chiste facilón a cuenta de los subrayados.
En cualquier caso, señalemos que, dado que penetración es un sustantivo femenino, no queda más remedio que sea esperada. Por mucho que el fármaco hubiese sido esperado por muchos potenciales usuarios.

martes, 6 de noviembre de 2007

Más vale tarde que nunca

Reconozcamos a El País el mérito de haberse dado cuenta del desliz cometido en su edición impresa de ayer, 5 de noviembre, en el último párrafo del artículo titulado "Pánico escénico", que hoy ya ha sido modificado en la versión en línea. Como nos aclara el Diccionario panhispánico de dudas, no se trata de una incorrección lingüística, sino solamente de un uso desaconsejado.


lunes, 5 de noviembre de 2007

Silencio, por favor

El otro día subí un comentario sobre esta misma barbaridad que aparecía en la transcripción de una declaración publicada en un artículo de El País. Se ha borrado, no sé por qué y, como tanto hoy como ayer, no merece muchos comentarios, dejo de hablar sobre ello.

Más de gentilicios

A veces, más que puntilloso puedo resultar un tanto redicho, lo sé. Igual, a mi entender, que algunas (¿muchas?) personas con todo aquello que tiene que ver con su pueblo. Así, en El País nos hablaban el pasado día 1 de noviembre sobre "El día en que el Prado abrió la puerta de Velázquez", para señalar que una de las personas que esperaban para visitar el museo en su primer día de puertas abiertas de los cuatro que ha habido recientemente, era natural de Jaén.

Uno hubiera dicho que los naturales de esta ciudad (y, por extensión, de la provincia) española, que hay otras (ciudad y provincia) en el Perú, se dicen jiennenses, y que la forma usada por el redactor resultaba ser incorrecta. Pero resulta que no, y que es posible llamar de muchas maneras a los naturales de esta tierra. Así, son tan válidas la mencionada jiennense como la usada en el artículo jienense, además, la primera de ellas puede escribirse también con g: giennense; sin embargo, la variante con g de la segunda, que viene citada en Wikipedia, no está recogida en el DRAE. Tiendo a creer que los redactores del artículo sobre Jaén en Wikipedia han pecado de permisivos en este caso, y no que el diccionario esté escaso de referencias, ya que el resto si aparecen.
Y más, porque el diccionario dice que jiennense (o jienense, o giennense) no es más que jaenés, así que tenemos otro modo de aludir a los de Jaén. Y la definición de jaenés es, acepción por acepción y palabra por palabra, la misma que la de jaenero. Otra.
Por último, para los amigos de historicismos, se puede decir aurgitano a un natural de la ciudad de Aurgi, hoy conocida como Jaén. Una curiosidad, sin ánimo publicitario: ¿algo que ver con las tiendas de repuestos para automóviles? Pues parece que sí.

Powered by ScribeFire.