miércoles, 14 de noviembre de 2007

Publicidad de los medios

Si a un medio se le ha de exigir de ser cuidadoso con la calidad (lingüística, en lo que aquí nos ocupa) de todo lo que publica, el propio medio no puede ser menos exigente con la publicidad que hace de si mismo. ¿Cómo se puede pretender captar nuevos clientes, o lectores, si la publicidad no da una buena imagen del medio que publicita?

Por suerte, en este caso, la publicidad iba dirigida a suscriptores, los cuales pueden considerarse ya como clientes, como lectores, que no han de ser captados. Pero, aun así, ¿qué habrá pensado el responsable de la publicidad al ver cómo en un cuaderno, tras llenarse la boca de conceptos grandilocuentes como liderazgo, o calidad, la última página comete el desaguisado que al final resulta? ¿Y qué habrá pensado su jefe? Al menos, asumimos que se han dado cuenta, aunque sea después de haberlo publicado.


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