miércoles, 1 de octubre de 2008

La varvaridad fue detectada

Por fin veo un error que ha sido corregido en la versión en línea de la noticia, es lo que tiene publicar (aquí) con cierto retraso. El error en cuestión se ubica en el último párrafo de la noticia.
Por cierto, dada la descripción del término en Wikipedia más que la, por obligación, muy genérica definición de la RAE, me pregunto si gamberrismo sería un término más adecuado para lo que se quiere describir.
En fin, mi enhorabuena a quien se haya tomado la molestia. Supongo que era muy, muy evidente que no podía quedar así.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

¡Agua!

Como en el conocido juego de la guerra de barcos, al hacer un intento y fallar, se suele cantar ¡agua!, y eso parece que le ha ocurrido a alguien en algún punto de esta cadena.
La agencia OTR/PRESS publica que "Google patenta una tecnología para llevar sus supercomputadores a barcos en alta mar", lo cual constituye una curiosa noticia, pero no es lo que queremos comentar hoy. Lo que nos preguntamos es por qué el titular muta levemente cuando aparece en elpais.com, para mostrarnos una palabra inventada. ¿Apuesta fallida? ¡Agua!
Por otra parte, en ambas versiones se comete el mismo error (¿será que nos conformamos con revisar los titulares?) de concordancia.
Y es que agua es un sustantivo femenino, y no deja de serlo porque se evite una cacofonía con el artículo antes llamado determinado, como ya hemos visto en alguna ocasión, por cierto.
Comentario: no hay quien siga los cambios de la gramática.

martes, 29 de julio de 2008

¿Cuándo?

He clasificado como error tipográfico este gazapo que aparece en la página 6 traducción del NY Times que aparece con la edición del pasado día 24 de julio de El País. Y creo que he sido generoso.
Por cierto, la versión original (y creo que más extensa) del mismo artículo habla de otra fecha que, por cierto, pone más de actualidad el asunto, claro.

lunes, 28 de julio de 2008

Maldito Lope de Vega

Según nos cuenta la Wikipedia, Lope de Vega se equivocó al escribir el nombre del pueblo en el que transcurre la acción de su obra Fuenteovejuna. Y eso, a los que no somos del pueblo o sus alrededores, nos puede resultar chirriante (en cuanto a la ortografía, claro) un titular que diga
Pero no, ¡¡es correcto!! Si no, no se iban a atrever los del propio pueblo a escribirlo así, ¿verdad?

jueves, 19 de junio de 2008

¿Tener buena ortografía no sirve para nada?

He escogido este título que tomo prestado de otro blog que me ha resultado gracioso, a la vez que guarda una cierta relación con el tema que hoy se trata.
Que no se diga que me meto siempre con los redactores de deportes (o que no se diga tampoco que solamente leo sobre deportes), hoy traigo una entrevista a una actriz (para mi) desconocida, por el momento. Casi al final se nos cuenta que

La lección de ortografía es la siguiente: "se escriben con g los verbos cuyo infinitivo acaba con -ger o -gir, excepto tejer y crujir". Es decir, coger, encoger o escoger se escriben con g. Más aun, se trata de verbos regulares, de forma que su conjugación no encierra problemas... ¿ninguno? No, porque no estaría escribiendo esto.
La primera persona del singular (yo) del presente de indicativo de los verbos regulares se construye añadiendo una -o a la raíz del verbo. Siguiendo al pie de la letra la regla, tendríamos que yo cog- + -o. Pero, ¿como se pronunciaría cogo? Pues eso, que para seguir pronunciando de esa manera que a tantos extranjeros les resulta tan difícil y peculiar (no a los árabes, claro), hemos de escribir "yo cojo". Pero no confundamos la excepción y la hagamos regla: yo cojo, pero (o no pero) tú coges, con g.

martes, 22 de abril de 2008

La gusta que la peguen

El laísmo es "el uso impropio de la(s) en función de complemento indirecto femenino" (RAE). Bien, ¿y qué cosa es un complemento indirecto? Pues, en pocas palabras, quien resulta beneficiado o perjudicado por la acción. Más detalles, el verbo pegar es transitivo, es decir, que admite un complemento directo. Ahora bien, tal complemento puede no aparecer si la propia acción del verbo es de la suficiente entidad.

Analicemos ahora la frase que nos ocupa, titular de un artículo aparecido en el País: hay un sujeto (femenino, pero es irrelevante en lo que nos ocupa) que pegó en alguna ocasión a alguien, de sexo femenino, que resultó perjudicada. La persona perjudicada es el complemento indirecto y, si bien es femenino (en masculino parece evidente que no existiría posibilidad de confusión), debe ser sustituido por el pronombre le: sin haberle pegado.
La frase del titular es una regla nemotécnica un poco bruta, pero quizás por eso efectiva: las dos veces que aparece "la" lo hace de forma incorrecta. Si la leen los que popularizaron su uso, verán que crearon un monstruo. Quien quiera buscar a los culpables de tamaño despropósito, puede empezar por un lugar un tanto insospechado.

viernes, 11 de abril de 2008

Ay, ay, ay... que no cuesta tanto

Por lo que he podido oír, éste va a ser uno de los artículos más leídos del día en el diario AS. Se trata de la crónica del partido de fútbol de ayer que jugaron los equipos Getafe y Bayern Münich. En un momento, el redactor nos cuenta quelo cual nos sirve para ilustrar un error recurrente con algunas palabras homófonas. Se trata de una dificultad bastante habitual, y he encontrado una página con unos tests muy simples que pueden ayudarnos a conocer nuestro grado de habilidad con esta parte del idioma (y con otras muchas cosas). Para una prueba específica con éstas homófonas en concreto, un ejercicio de la extensión canadiense de la UNAM. También hay quien intenta, con mayor o menor éxito, dar una explicación académica.
De hecho, parece que se ha extendido una regla mnemotécnica ¿o es simplemente nemotécnica?, tanto que hasta existe un libro titulado con ella.
Por cierto, ¿cuál era la forma correcta para la palabra señalada en esa frase?

viernes, 4 de abril de 2008

Aborto desguazante

Por el artículo que ahora comento llevaba cuatro meses lamentándome de no poder escribir aquí. Se publicó en el diario El País el pasado y lejano 29 de noviembre, y no me consta que haya habido una fe de errores que corrija la confusión del redactor.
Y es que, ¿en qué estaría pensando cuando confundió un desagüe con un desguace? ¿Acaso le vinieron a la cabeza imágenes de los vídeos que los grupos contrarios al aborto distribuyen de cuando en cuando en apoyo a su causa, ésos en los que, por lo que parece (no he tenido las tripas de ver ninguno), se ven fetos destrozados? ¿O acaso el redactor deslizó la errata en un arranque de humor negro?
El artículo en cuestión daba cuenta de la detención, muy comentada en su momento del responsable de una serie de clínicas que se dedicaban a la práctica de abortos al margen de la ley, por lo que parece. El día anterior, ya era noticia en algunas agencias, y he tenido la precaución de comprobar si en las noticias de éstas aparecía la misma confusión: no. Y tampoco aparece en otros periódicos, que pueden haberse servido de otras fuentes. Ni siquiera en un diario gratuito, de los que a veces podría esperarse una menor calidad lingüística.
Vamos, que el redactor de El País se lució en ésta.

No es por cacofonía, ni mucho ni poco

La noticia más vista en lo que va de día de hoy en la versión electrónica del diario El País nos ilustra una incorrección mucho más común de lo que podría esperarse. En tres lugares distintos de una noticia de seis párrafos aparece el mismo error (y no hablaré de la falta de cuidado en la edición a la hora de mostrar caracteres "extraños").



Cuando se pregunta a alguien inexperto que conozca la regla, dirá que la forma correcta, que se aplica solamente al artículo indeterminado ("el agua" en vez de "la agua"), se instaura para evitar una cacofonía, sin embargo, la explicación lingüística va más allá, y alude a razones de evolución histórica del lenguaje.

P.S.: A ver si es verdad que me vuelvo a animar a escribir.